Superar el duelo: cuando la vida cambia rápido, y tú necesitas tiempo para adaptarte
14 de enero de 2022 2022-02-03 11:00Superar el duelo: cuando la vida cambia rápido, y tú necesitas tiempo para adaptarte
Superar el duelo: cuando la vida cambia rápido, y tú necesitas tiempo para adaptarte
“La pena es un tipo de enseñanza cruel. Aprendes lo poco amable que puede ser el duelo, lo lleno de rabia que puede estar. Aprendes lo insustancial que puede resultarte el pésame. Aprendes lo mucho que tiene que ver la pena con el lenguaje, con la incapacidad del lenguaje y con la necesidad del Lenguaje” Chimamanda Ngozi Adichie.
Este libro cayó en mis manos cuando yo ya había pasado mis propios duelos, cuando ya había llorado, rabiado de dolor, atravesado ese vacío existencial que da vértigo, aullado mi pena y aprendido a vivir con ella. Siempre pensé que llegado ese momento me escaparía y me escondería en algún rincón a mirar el mar, pero no fue así. No pude mirar al mar, me pusieron delante un catálogo de ataúdes, coronas y no sé cuántos artículos más y a decir verdad, moví el dedo y dije éste, esto y lo otro, mientras oía hablar de las excelencias de ciertos barnices en la madera, de los tejidos acolchados, de los ataúdes ecológicos de cartón ondulado prohibidos en España, de los de zinc, de los resistentes a la humedad, de si lo quería con llave o no… Cuando salí de allí me temblaban las piernas y me zumbaba la cabeza. Entré en la primera cafetería que encontré, derecha al servicio y vomité.
Aquello no se acababa nunca, trámites odiosos cuando todo te da igual y horas expuesta en el tanatorio, en la iglesia, en el cementerio a gente que pasaba y me decía la misma frase,” Te acompaño en el sentimiento” ¿En cuál pensaba yo? Es verdad que ese lenguaje era incapaz, incapaz de transmitirme nada, sólo la madeja de nervios de mi estómago me mantenía allí de pie, a pesar del cansancio y de la desolación ¿Por qué no nos preparan para este momento? Si la muerte es una certeza, ¿por qué avanzamos hacia ella negándola y sin saber qué hacer?
El dolor de la pena, y llorar con el cuerpo es parte del duelo. Parte de la pérdida.
No sabía cómo el sentimiento de la pena dolía, o que llorásemos con los músculos. No sabía que la pena se podía traducir en el cuerpo, en mi paso tambaleante, mi pesadez de cabeza, la lengua amarga, un peso horrible en el pecho, el estómago revuelto, mi cabello, mi cabello se encrespa y pierde los rizos. Fue entonces cuando pensé en las viudas africanas, a las que la tradición se empeña en afeitarles la cabeza, pero no se la afeitan a los hombres si muere la mujer, ¿Por qué se espera que el cuerpo de la mujer lleve impresa la huella de su pérdida?
Conozco gente que se tatúa, los nombres, las caras de los seres que han perdido creo que es un acto de resistencia y de rechazo, nos han dicho que se ha acabado, pero nos resistimos, afirmamos con el corazón que todavía están presentes.
No sé en qué momento tomé contacto con la realidad ¿Cómo sigue funcionando la gente en el mundo tras la muerte de un ser querido? Mi vida ha cambiado muy rápido, pero yo me adapto muy lento. La pena pesa mucho por las mañanas, quiero ahogarla en el café, pero después del segundo café todavía sigue flotando, entonces entiendo que “Nunca” ha llegado para quedarse, nunca más su risa, nunca más su voz, nunca más para siempre.
– Deberías tomar algo
– ¿Algo cómo qué? ¿algo para qué? No, yo no quiero estar anestesiada, quiero que mi pena me duela, me da miedo que no lo haga, pienso que si la pierdo, algo, lo que me ata a esa persona se va a ir también y ya no tendré nada.
Las 5 etapas del duelo según los psicólogos
La mayoría de los psicólogos dicen que el duelo tiene 5 etapas:
Negación, Ira, Negociación, Depresión, Aceptación. Otros también incluyen dos más, una de dolor y culpa y la última de restablecimiento. Los estudios afirman que puede durar entre un año y dos, en cualquier caso no menos de tres meses y no más de tres años. Yo creo que esto puede ser orientativo ya que la duración del duelo tiene que ver con una decisión personal.
“No te preocupes que el tiempo lo cura todo” Yo no estoy de acuerdo porque lo que sucede es que tú tienes que decidir qué hacer con tu tiempo, cómo procesar tu dolor para poder vivir en armonía. Cómo consigues adaptarte psicológicamente y emocionalmente a esa pérdida.
Remedios naturales para sobrellevar y superar el duelo y la pena
Cuando pensé en elaborar una caja para el duelo, lo hice basándome en lo que a mí me había servido y empecé a probar las flores de Bach en pacientes que atravesaban este proceso.
Después de más de 6 años tratando con diferentes pacientes, las flores consiguen armonizar los estados emocionales que están desbordados bajando el nivel de estrés, devolviendo a las personas la aceptación de la realidad, evitando la culpabilidad y los pensamientos repetitivos y abriéndose a los nuevos estados. No crean dependencia, ni te atontan, las pueden tomar niños y embarazadas.
La aromaterapia también es una ayuda en esta fase, ya que el estrés se puede aliviar con el uso de aceites esenciales. Los aceites esenciales se pueden utilizar aplicando unas gotas en las muñecas ya que son una zona muy vascularizada, en vaporizaciones, en un difusor, en la almohada. También se pueden aplicar mezclando unas gotas del aceite esencial en un aceite vegetal tipo aceite de almendras para dar masajes. Podemos escoger entre varios tipos de aceites esenciales:
- Sedantes y antidepresivos: Manzanilla romana, lavanda, sándalo y Ylang-ylang
- Que elevan el estado de ánimo sin sedación: Rosa, geranio, bergamota, melisa.
- Ansiolíticos; azahar y jazmin.
- Antidepresivos, albahaca, verbena, mandarina, naranja.
En cualquier caso lo que puedo decir es que tanto la terapia floral integrativa, como la aromaterapia y otra medicinas alternativas son una ayuda y no pueden sustituir al tratamiento pautado por un médico si éste fuera necesario.
No sé cuánto dura un duelo, dura lo que cada uno necesite. Que manía de etiquetar y pensar que todos somos iguales, se trata de procesar el dolor, de crecer en este proceso a través del duelo, sin perder la sensibilidad, sin ponernos una coraza, sin dejar de ser vulnerables al amor.
Comentarios (2)
María del Prado Susmozas
Desde mi experiencia personal y aún en proceso de duelo, puedo decir que necesito cualquier cosa que me acaricie el alma. Es fundamental contar con profesionales especializados en el acompañamiento al duelo y una serie de terapias que nos permitan transitar este difícil camino, con algo de calma y serenidad.
El proceso de duelo es diferente en cada persona, es único e intransferible, y una buena gestión del mismo ayudará a que el dolor se mitigue y aprendamos a vivir con esa ausencia, agradeciendo a la vida el tiempo que nos regaló con ellos.
Tal y como se ha descrito en el artículo, hay varias fases por las que inevitablemente vamos a pasar y además son necesarias para avanzar en el proceso. Es época de querernos y reconocernos, de aceptarnos tal y como somos y de mimarnos mucho. Esta caja representa la oportunidad para comenzar a cuidarnos, con tratamiento naturales que nos pueden aportar bienestar. Es fundamental descansar, sobre todo por las noches, para poder afrontar la realidad del día a día y cualquier ayuda, si además es natural, mejor que mejor.
Otro factor importante que nos ayudará en este proceso, es tener la mente ocupada en cosas positivas. Cualquier actividad relacionada con la música, la literatura y el deporte son un plus totalmente sanador. Es momento de reencontrarse con la naturaleza, aprovechemos los días soleados para pasear y detengámonos en aquello que nos haga sentir, aunque sea nostalgia.
La vida nos paró en seco, pero nosotros tenemos las herramientas para volver a ponerla en funcionamiento. Me quedo con algo que también ha comentado la autora de la publicación, y es que no quiero estar anestesiada.
NO QUIERO OLVIDAR PORQUE EL OLVIDO ES PERDER Y RECORDAR ES ENCONTRAR.
María José García Fontes
Gracias, Prado, por la atención con la que lees mis artículos y lo extenso de tus comentarios.
Quiero compartir contigo y con todos los que se encuentren en proceso de duelo un poema escocés que un día escuché en Edimburgo. No conozco el autor.
«Puedes llorar porque se ha ido,
o puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva,
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado.
Tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor que compartiste.
Puedes llorar, cerrar tu mente,
sentir el vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a él le gustaría:
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir».
Un abrazo muy fuerte, a todos los que estáis atravesando este momento.